Creo que todos nos planteamos estas cuestiones, sobre todo cuando nos encontramos con la cruda realidad que se vive en este mundo... un mundo de rebajas, no las del Corte Inglés. Un mundo de seres humanos rebajados, condenados y explotados. Niños que mueren al poco de nacer, porque sus madres no pudieron alimentarse bien durante el embarazo, o que la falta de saneamiento del agua acaba con ellos por unas simples diarreas.
Son tantos y tan complicados los problemas de salud los que - como buenos futuros médicos - debemos luchar por erradicar, que realmente nos sentimos desbordados y con una capacidad de actuación tan mínima en lo que debería ser tan simple, que hace carecer de sentido estudiar los genes y mutaciones que originan tal enfermedad si las personas en realidad se están muriendo de hambre.
Es curioso que esta clase haya sido la última de la asignatura... por lo menos me quedé con buen sabor de boca, puede que al final sí sirviera para algo. Me alegré de la asistencia fuera alta, aunque la mayoría escucharon poco, algo les habrá calado. (Por lo menos se habrán enterado de los objetivos del milenio)
Por otra parte sí ví alguna cara de atención y de interés. Hay gente que me rodea a la que veo con inquietudes. Aunque no llegan a creer que tengan algo de influencia en esto. Vale, es cierto que los aviones seguirán saliendo aunque sean una de las mayores fuentes contaminantes, pero si todos hacemos lo mismo seguiran saliendo con mayor motivo. Y por supuesto no podemos exigir nada si nosotros mismos somos los primeros que no lo estamos cumpliendo.
Cuando era joven y libre, y mi imaginación no tenía límites, soñaba con cambiar el mundo. Al volverme más viejo y más sabio, descubrí que el mundo no cambiaría, entonces, acorté un poco mis objetivos y decidí cambiar sólo mi país. Pero también, él parecía inamovible. Al ingresar en mis años de ocaso, en un último intento desesperado, me propuse cambiar sólo a mi familia, a mis allegados; pero, por desgracia, no me quedaba ninguno. Y ahora que estoy en mi lecho de muerte, de pronto me doy cuenta: Si me hubiera cambiado primero a mí mismo, con el ejemplo habría cambiado a mi familia; a partir de su inspiración y estímulo, podría haber hecho un bien a mi país y quién sabe, tal vez, incluso, habría cambiado el mundo.
Anónimo, escrito en la tumba de un Obispo anglicano. La fecha data hacia el año 1100 de la E:.V:. Se encuentra en las criptas de la Abadía de Westminster.
Sabemos lo que hay que hacer, sólo nos falta ponernos en marcha!
By the way, ¡qué buena acogida están teniendo las pegatinas! Las residencias universitarias pronto van a ser también conquistadas, ya metimos dentro el caballo! xD