Hace 72 años el mundo estaba sumido en la Segunda Guerra Mundial. Un aviador francés, estudiante de arquitectura fracasado, fue reclutado como piloto militar. Después de la derrota en la Batalla de Francia que supuso la ocupación alemana de dos tercios del territorio francés, este aviador se exilió a Estados Unidos.
En medio de una crisis personal y con
su salud cada vez más deteriorada, fue aconsejado por Elizabeth,
esposa de un amigo suyo, que trabajase en una historia para niños ya
que esto le ayudaría a controlar sus niveles de estrés. El autor
comenzó a escribir e ilustrar El principito en su ático de Central
Park durante el verano de 1942. Como el sofocante verano y el ruido
de la ciudad de Nueva York le resultaban un ambiente muy molesto para
trabajar, su esposa Consuelo salió en busca de un mejor alojamiento. A medida que las semanas pasaban la casa se convirtió para él en un
refugio para escribir, según palabras del autor: “el mejor lugar
en el que he estado en mi vida”. Se entregó a la creación de su
libro y fue ayudado
por numerosas revisiones de amigos y expatriados franceses que
pasaban a visitarlo.
Versión moderna de la imagen de El Principito, realizada por
una fantástica estudiante de magisterio de infantil que responde a las siglas de A.G.S.
una fantástica estudiante de magisterio de infantil que responde a las siglas de A.G.S.
En 1998, un pescador llamado Jean-Claude Bianco encontró al sur de Marsella una pulsera de plata con el nombre de Saint-Exupéry y el de su esposa enganchado a un trozo de tela. En 2000, un buzo llamado Luc Vanrell encontró los restos de un P-38 Lightning esparcidos en el fondo del mar cerca de donde se encontró el brazalete. El 7 de abril de 2004, investigadores del Departamento de Arqueología Subacuática confirmaron que los restos del avión encontrados eran, ciertamente, los del P-38 de Saint-Exupéry, que fueron entregados al Museo del Aire y del Espacio en Le Bourget.
La ubicación del lugar del accidente y el brazalete está a menos de 80 km por mar de Carqueiranne, donde se encontró el cadáver del soldado francés desconocido, por lo cual es posible, aunque no se ha confirmado, que se tratase del de Saint-Exupéry.
Debido a su muerte tan repentina no pudo dar a conocer en qué se inspiró para crear El principito, no obstante, algunos investigadores y críticos sugieren que está basado en episodios de su autobiografía, como el accidente de aviación que sufrió en 1935 junto con su copiloto. A pesar de que sobrevivieron al accidente, tuvieron que aventurarse entre las dunas de arena con algunas uvas, un termo de café, una naranja y un poco de vino. Ambos comenzaron a ver espejismos y alucinaciones vívidas, mientras que al segundo día estaban tan deshidratados que dejaron de sudar por completo. Por suerte, al cuarto día un beduino los encontró y les administró un tratamiento nativo de rehidratación que les salvó la vida.
Por otra parte, muchos investigadores creen que la Rosa está inspirada en la esposa de
Saint-Exupéry, Consuelo Suncín, cuyo planeta —el asteroide B612— estaría basado en su país natal, El Salvador, también conocido como «La tierra de los volcanes». Consuelo fue de gran
importancia para Antoine y esto se reflejó en la obra con los gestos
del Principito hacia su Rosa, a la cual protegía con una pantalla contra el viento
y bajo una cúpula de cristal.